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De mal gusto

De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández.

El 'choni chic' ha vuelto, si es que alguna vez se fue


Atención, amantes del drama y de los brillos imposibles: esta semana ha regresado 'La Isla de las Tentaciones' a Telecinco, y con ella, uno de los fenómenos estilísticos más fascinantes de la televisión reciente. Olvídate del minimalismo nórdico o del 'quiet luxury' de las influencers francesas: lo que realmente nos enseña este reality es el poder del exceso, del glamour tropical de discoteca y de esa estética que grita "he llegado" antes de que la persona haya abierto la boca.

Porque seamos sinceros: hay algo admirable y casi poético en el compromiso estético de las participantes. Mientras medio mundo anda obsesionado con los tonos neutros, los básicos eternos y la sobriedad calculada, ellas reivindican el derecho al brilli-brilli, las pestañas infinitas y el contour digno de una escultura griega. En un panorama saturado de beige, su estilo es un golpe de purpurina en plena cara. Y, francamente, se agradece.

Las chicas de 'La Isla de las Tentaciones' no siguen tendencias: las devoran con uñas acrílicas de 7 centímetros y las escupen convertidas en algo completamente suyo. Allí donde un estilista diría "menos es más", ellas contestan "más es más, y si sobra, mejor". El top de lentejuelas, la falda de vinilo, el escote geométrico, el conjunto coordinado en fucsia eléctrico... todo convive en armonía estética con plataformas imposibles y labios perfilados con precisión quirúrgica. Y lo mejor es que lo llevan con una seguridad en sí mismas que ya quisieran muchas editoras de moda de Manhattan.

A su manera, ese 'choni chic' televisivo tiene algo profundamente auténtico. No busca aprobación, no pretende ser discreto. Es el anti-quiet luxury, el grito de guerra de una generación que no quiere pasar desapercibida ni en la playa ni en una gala de Telecinco. Es la oda a lo evidente, al efecto espejo, al vestido que brilla incluso con las luces del estudio apagadas. Y en una era donde todo el mundo se esfuerza por parecer effortless, ellas nos recuerdan que esforzarse en brillar también tiene su mérito.

Por eso, tras inicio de la nueva edición y la aparición de los primeros planos de bikinis con pedrería y trenzas kilométricas, no pongas los ojos en blanco: toma nota. Porque, aunque su estética parezca sacada de un sueño entre un Bershka de 2009 y una pasarela de reguetón, lo cierto es que ahí hay una lección de estilo. La moda, al fin y al cabo, también va de diversión, teatralidad y descaro.

Quizá no todas queramos vestir como si fuéramos a una pool party en República Dominicana con cámaras alrededor, pero algo de ese espíritu podríamos copiar: la valentía de vestirse como a una le da la gana, aunque el mundo opine.

Así que sí: vuelve 'La Isla de las Tentaciones', y con ella vuelve la estética choni más gloriosa, la purpurina emocional y la confirmación de que el brillo, cuando se lleva con actitud, nunca pasa de moda. En el fondo, todas tenemos un poco de tentación... y un poco de lentejuela esperando su momento.